13 julio 2012

Trincheras del siglo XXI (II)

Ya no sé que pensar 

Son tantos los muertos que junto a mi gritan que no recuerdo cuando he llegado yo a esta absurda situación. 

Han maltratado a personas que quiero. Nunca he estado en el frente, lo admito, eso no se en que me convierte. Pero nunca les quise mal. 



Ayer, mi amigo, mi hermano, estuvo, como otras veces, en el frente. Yo, reportero en esta guerra, he estado al tanto de la batalla en el Ministerio con los mineros gracias a la tecnología. Los resultados de bajas me llegaban al móvil, eso no lo pueden callar. 



En este mundo donde todo se manipula, donde decir política es apología de enriquecimiento y lucro, de injusticia ¿Que cojones le hemos hecho a esta gente para que nos tenga tan mala sangre? ¿Para que utilicen hasta los medios como cocteles molotov contra quienes les lleva la contraria? Y lo que es peor, manipular fuerzas del orden para acallar a la justicia de la voz de una ciudad. 



Ya lo dijeron en el Parlamento: ¡¡Que se jodan!!, mientras otros corrían como antaño lo hicieran otros delante de los grises ¿Como puede un policía atacar o reprender contra quien reclama justicia? 



Mañana dirán de mi que estaba loco. Hasta en eso son previsibles...

Loco
Poeta


Hermano de sangre, allá por el año 1945, se iniciaron en la ciudad alemana de Nüremberg los juicios contra los dirigentes, funcionarios y colaboradores en los diferentes abusos y crímenes cometidos contra la Humanidad en nombre del III Reich alemán desde el año 1939. Para determinar los actos que podían calificarse como crimen de guerra se elaboró una guía, a petición de la Asamblea General de Naciones Unidas, conocida como los principios de Nüremberg.

Su principio IV dice: "El hecho de que una persona actúe bajo las órdenes de su Gobierno o de un superior no le exime de la responsabilidad bajo las leyes internacionales, siempre que se demuestre que tenía posibilidad de actuar de otra forma." Es lo que se conoce como la "opción moral"...

El 19 de mayo de 2012, los policías alemanes que habían sido enviados para reprimir las protestas anticapitalismo en Frankfurt, se quitaron los cascos y se unieron a los manifestantes... 




JLH