13 julio 2012

Trincheras del siglo XXI (I)

La guerras de los urbanitas.

Introduciendo, no confundir con aceptación. 

Naciendo el sol en los años, (adaptar a la lectura, cuando esta suceda) como acostumbra la desvergüenza, narro desde la trinchera y el anonimato, la extraña condición de quien es testigo del expolio, de la agresión, de la degradación hacia el individuo. De quien testifica la desidia hacia una aceptación, hacia el agresor y el linchamiento, de quien lucha por la defensa de un derecho, del propio y violado. 

Jamás, en otras contiendas he escrito despropósito de tamaño tal. Al exponer en este texto, quizás, también yo, acabe bajo las raíces de algún árbol de la vereda, en la cuna de su cuenca, de algún contaminado río de esta extraordinaria sociedad. 



Este es el mundo que describo bajo estas líneas, donde la verdad es manipulada y callada y mutilada. Donde la mentira ha construido murallas de descrédito, inaccesible a los no elogiados hijos de la madre política. Donde las víctimas, sin vida en los bolsillos, muertos que respiran, alojan las cenizas de sus difuntos en mausoleos titánicos, cementerios de dorados defraudadores que son jubilados con millonarios y elegantes cuentas en paraísos sin fiscalidad. 

Loco
Poeta